Esta experiencia nos lleva a los paisajes más escarpados y a los territorios históricamente más aislados de Jaén, conservados en el aceite de los siglos. Nos ofrecen, orgullosas para que los degustemos, sus abundantes frutos del campo y de la huerta; entre tierras de frontera tachonadas de patrimonio, olivos en pendientes imposibles, torrentes, molinos y fértiles valles. Un oleoturismo artesano y cercano.